Reseña On Writing Fieldnotes – Alejandro Cuervo

Título de la reseña: On Writing Fieldnotes: técnicas de atender y anotar los detalles

Título del texto base: On Writing Fieldnotes: Collection Strategies and Background Expectancies

Elaborada por: Alejandro Cuervo

Fuente: Wolfinger, Nicholas. (2002). On Writing Fieldnotes: Collection Strategies and Background Expectancies. Qualitative Research – QUAL RES. 2. 85-93.

En este artículo Nicholas Worfinger se propone abordar la manera en que se abordan las notas de campo, aquello que es pertinente anotar y aquello que no. Las decisiones de un investigador sobre qué cosas deben ser registradas, de acuerdo con Wolfinger, tienen un gran impacto en el reporte etnográfico. Por ello, propone hacer un acercamiento a las formas que se han dado por sentadas al momento de escribir notas de campo, pues se ha descuidado un acercamiento práctico a las cuestiones involucradas en la manera en que se registran las notas de campo.

Wolfinger aborda, entonces, la cuestión sobre el lugar del que vienen las notas de campo. De esta se derivan varias preguntas, de acuerdo con lo que, ya estando en campo, los etnógrafos deciden que debe anotarse: “¿qué es lo que notan?, ¿en qué es lo que deciden centrar su atención?, ¿qué es lo que posteriormente recuerdan?, de lo que recuerdan, ¿qué eligen documentar en sus notas?, ¿con qué detalle?” (Wolfinger, 2002, p. 86). Estas preguntas abren toda la perspectiva que debe tener un investigador en su trabajo de campo y que, en su juicio, revelan la relación compleja entre la experiencia del investigador en el campo y su experiencia frente al procesador de textos, como dos momentos contrapuestos. Wolfinger se pregunta por qué tanto afecta el proceso de recuperar las notas de campo a la interpretación. En este sentido trae a colación que tanto el Interaccionismo simbólico, como el Análisis del entorno social y la Teoría fundamentada abogan en contra del trabajo de campo como métodos para poner a prueba teorías preconcebidas; y, por el contrario, prefieren que las experiencias guíen el foco de los estudios.

Propone tres consideraciones prácticas que dan forma a las notas de campo:

  1. Un investigador alguna veces podrá tomar notas estando en el campo.
  2. El foco de una investigación etnográfica, típicamente, se reduce con el tiempo influenciando lo que se desea describir en las notas.
  3. Las anotaciones pueden verse influidas por la audiencia percibida.

Lo anterior nos da una idea de por qué la preferencia de las tres garantías teóricas de la etnogafía mencionadas más arriba prefieren que el foco de una investigación la vaya dando la experiencia; pues las notas preliminares permiten identificar ciertos fenómenos interesantes y valiosos para ser anotados, además de que estas notas al final del día resultan en un esbozo que se va delimitando para las notas finales y que la audiencia puede afectar las anotaciones que se hagan, claro que siempre indicando que es el etnógrafo quien debe al final decidir qué se registra. Por ello, habla del rol que cumple el “conocimiento tácito”. Para ejemplificarlo utiliza un ejemplo de Spradley cuando fue llamado a ser jurado:

“Había hileras de bancos para espectadores, todos hechos de pesada madera oscura, roble o nogal, a juego con las paredes paneladas. Las filas de bancos duraron más de veinticinco pies hasta que encontraron una barandilla que parecía delimitar claramente una gran área para “asuntos oficiales”. . . . A la derecha del área detrás de la barandilla estaban doce sillas de cuero con respaldo alto detrás de otra barandilla. Una gran mesa de roble con sillas enormes, todas orientadas hacia un alto atril que tomé por el banco del juez” ( Spradley, 1980, p. 74, énfasis añadido; citado por Wolfinger, 2002, p. 88).

El ejemplo anterior muestra lo que Harold Garfinkel llama el método documental de interpretación, en el cual los objetos sociales son producto de juicios complicados en los que un patrón subyacente se construye de una sucesión de apariciones temporalmente calificadas, por lo que en la observación de Spradley hay ciertas anotaciones que apelan a su conocimiento previo; en palabras de Wolfinger: “presumiblemente ha tenido alguna exposición previa a los tribunales, sabe ha sido citado ante el gran jurado” (2002, p. 88). Más precisamente, aún, en lo que se encuentra en cursivas (que tomé por) nos muestra como Spradley reconoce el proceso interpretativo que se encuentra en una observación etnográfica y su consciencia de ello pone énfasis en que el proceso de identificación e interpretación en cualquier estudio etnográfico puede ser examinado por el investigador.

Así, se nos presentan dos estrategias para escribir notas de campo: la jerarquía saliente y la toma de notas integral. La primera, la jerarquía saliente, está basada en lo que Wolfinger llama desviaciones, lo que las hace resaltar y por ello llama la atención del investigador en el campo. Esto refiere a una jerarquía altamente subjetiva y dependiente del contexto estudiado que, sin embargo, demuestran el rol que cumple el conocimiento tácito; puesto que los casos pueden considerarse como desviaciones, primero, frente a sus expectativas tácitas sobre el evento observado, por ejemplo frente a una regla normal de la sociedad y, segundo, el caso puede resultar como una desviación solo en relación con otros observados que conforman el contraste y están basados en el conocimiento previo del investigador. La segunda, la toma de notas integral, está pensada para que sistemáticamente y comprensivamente se describa todo lo que sucede durante un período específico. Lofland y Lofland generan un lista generalizada de preocupaciones:

  • ¿Quién es él?
  • ¿Qué es lo que hace?
  • ¿Qué crees que ella quiso decir con eso?
  • ¿Por qué se hace eso?
  • ¿Qué sucede tras ________?
  • ¿Qué sucedería si ________?
  • ¿Qué pensarías sobre _________?
  • ¿Quién es responsable si _________?

A lo anterior, Wolfinger, agrega una lista similar de Spradley:

  1. Espacio: el lugar o los lugares físicos
  2. Actor: las personas involucradas
  3. Actividad: conjunto de actos relacionados que realizan las personas.
  4. Objeto: las cosas físicas que están presentes.
  5. Actuar: acciones únicas que realizan las personas
  6. Evento: conjunto de actividades relacionadas que realizan las personas
  7. Tiempo: la secuenciación que se produce en el tiempo
  8. Objetivo: las cosas que la gente intenta lograr.
  9. Sentimiento: las emociones sentidas y expresadas.

Asimismo, otra estraegia es organizar temporalmente las notas: comenzar por el principio y terminar por el final. El método comprensivo, dice Wolfinger, tiene la ventaja de forzar al etnógrafo a recrear los eventos en el orden en que sucedieron, lo que puede ayudar a registrar detalles que de otro modo pueden ser olvidados. Bogdan y Taylor recomiendan a los investigadores: “Concéntrate en el primer y último comentario de cada conversación” (Bogdan y Taylor, 1975, p. 62; citado por Wolfinger, 2002, p. 91). Asimismo, el conocimiento tácito afecta esta estrategia de toma de notas, ya que también al cuando se da cuenta de segmentos enteros un investigador usualmente describe eventos que de otra manera podrían parecer muy mundanos para ser anotados.

Estas estrategias que nos presenta Wolfinger y estas cuestiones que nos pone de presente muestran la complejidad de la toma de notas de campo, puesto que más allá de las anotaciones, el investigadores debe comenzar a hacerse consciente de sus decisiones, interpretar así mismo estas e incluso, como anota Wolfinger, anotar aquellas no interacciones que pueden suceder y su posible razón. Todo lo observable revela tanto el mundo observado y su riqueza de significación, como las capacidades, sesgos y antecedentes mismos de los investigadores; como lo rescata Wolfinger en su artículo: “Como diría Freud, cateterizamos nuestras notas: se vuelven parte de nosotros” (2002, p. 92), puesto que el conocimiento tácito del investigador afecta qué observaciones se registrarán en las notas de campo.

Reseña Método Spradley (Alejandro Cuervo)

Título de la reseña: Método de la Secuencia de Desarrollo de la Investigación (MSID): guía para dar sentido a lo que se observa

Título del texto base: El método Spradley en la investigación cualitativa

Elaborada por: Alejandro Cuervo

Fuente: Garrido, Norman. (2017). El Método de James Spradley en la investigación cualitativa. Enfermería: Cuidados Humanizados, 6(spe), 37-42.

El artículo al cual acá se hace referencia trata de exponer el método de la secuencia de investigación desarrollado por James Spradley, que contiene orientaciones básicas para la observación y el tratamiento de la información expuesta a través de una serie de etapas. Spradley crea el Método de la Secuencia de Desarrollo de la Investigación (MSDI) que visualiza el trabajo etnográfico como una secuencia que destaca la característica de la recurrencia entre el análisis de la información recopilada y la necesidad de retornar al escenario. Al centrarse en el trabajo etnográfico, el artículo hace hincapié en la entrevista etnográfica, la cual no tiene un consenso sobre su definición, pero que para Spradley resulta en un recurso para hacer que la gente hable sobre lo que sabe; algunos la califican como un tipo de pregunta en profundidad, mientras que otros la proponen como una entrevista que va desde la no estructuración hasta la formulación de preguntas dirigidas durante las fases que contempla. En este punto, se clasifican cuatro tipos de entrevistas propuestas por Patton:

  • Entrevista conversacional informal.
  • Basada en un guion.
  • Estandarizada abierta.
  • Estandarizada cerrada.

Con estos tipos de entrevista, el investigador se convierte en un individuo que participa de las dinámicas de los individuos en su contexto, pues además de anotar la entrevista realiza una observación de ceremonias, juegos, de los que toma nota y aprende de las relaciones de las personas. Aunque no hay una estructura rígida en la realización de una entrevista etnográfica, si se observan unas fases:

  • Fase de preparación: establecimiento de objetivos, redacción de preguntas, definiciones de quiénes deben y pueden ser entrevistados, el momento y lugar de ejecución, duración recomendad, tipos de registro.
  • Fase de interacción con el entrevistado: se solicita la autorización para el registro del proceso, para el análisis etnosemántico, en el que el discurso se convierte en base del desarrollo de la estrategia del MSDI.
  • Fase de desarrollo: en la que se debe mantener la conversación fluida, sin olvidar la guía de preguntas, así como tener presente que el protagonista del diálogo es el entrevistado.
  • Fase de cierre de la entrevista: en la que se estimula al entrevistado a profundizar en temas a manera de síntesis y con el estimulo al compromiso de acceder a otra sesión en un futuro próximo.

De acuerdo con lo anterior el MSDI contempla cuatro tareas fundamentales: el establecimiento de los dominios, la taxonomía, los componentes y los temas. Los dominios son categorías de significados culturales que incluyen subcategorías relacionadas semánticamente; Spradley recominda no preguntar por el significado de un término para establecer un dominio sino por el uso del mismo en la cultura. Las taxonomías son construcciones conceptuales que revelan la existencia de subconjuntos de términos relacionados en un todo, que reflejan las relaciones del dominio con sus respectivos términos incluidos que van generando una estructura adecuada para el análisis; en el artículo se da el ejemplo de como el uso “trato con respeto” desprende los términos “tono de la voz”, “actitud de interés”, “palabras simples” y “buenas respuestas”. Los componentes surgen del establecimiento de dominios y taxonomías que permite comprender el significado de un término en la medida en que difiere de los demás; para Spradley, “se trata de conocer el significado de un término dependiendo de lo que significa”. El análisis de componente, enfatiza Garrido, se presenta como una actividad clarificadora que orienta la representación de la información contenida en las respuestas de los entrevistados. Por su parte, los temas intentan describir la cultura observada señalando sus características generales y específicas, se trata de identificar los elementos cognitivos que constituyen una cultura, lo que sus integrantes creen que es y reconocen como real.

Frente a la tarea del análisis de temas, Spradley propone unas recomendaciones para su desarrollo: la inmersión, en la que se propone una exposición prolongada, en la que se dedica a aplicar entrevistas, escuchar, consignar notas de campo y determinar temas culturales; el análisis de componentes vinculados a los dominios, que se realiza para el observador pueda percatarse de una amplia lista de dominios, para conocer los temas comunes de la cultura; identificar dominios amplios, lo que traduce en el establecimiento de dominios que abarcan distintas culturas, es decir que se repiten en otras y que permiten que las categorías puedan ser aplicadas por contraste en otras investigaciones; elaboración de mapas conceptuales, que permite graficar los vínculos identificados entre los dominios, y, finalmente, el reconocimiento de temas universales, que se posa sobre el común denominador de todas las fases y recomendaciones del MSDI, en el que se contrasta la información obtenida en el trabajo de campo, a través de la identificación de similitudes y diferencias entre los términos obtenidos. En está última recomendación, Spradley sugiere observar una serie de temas que tienen el potencial de ser identificados en todas las culturas observadas: conflictos sociales, contradicciones culturales, técnicas informales de control social, estrategias relacionales y el estatus.

Esta guía da un paso fundamenta para que los investigadores puedan dar sentido a lo que observan, para que puedan prepara y efectuar con objetivos contundentes aquello que parece caótico en la entrevista y la observación del trabajo etnográfico y cualititativo en general. Tal y como lo enfatiza Garrido, la falta de formación metodológica puede producir daños en los contextos y arriesga el cierre de espacios para futuros estudios. De modo que el MSDI se presenta como un método organizado y acorde que pone en el centro de la atención los sujetos del estudio y les da valor a sus propias construcciones de significado, lo que conlleva una ventaja para el trabajo mancomunado en las investigaciones.

Reseña: Educación para las mentiras, gilipolleces y noticias falsas en la era digital

Texto: Hypernarrativity, Storytelling, and the Relativity of Truth: Digital Semiotics of Communication and Interaction

Autor: Albin Wagener

Fecha de publicación: 12 de agosto de 2019

Referencia: Wagener, A. (2020). Hypernarrativity, storytelling, and the relativity of truth: digital semiotics of communication and interaction. Postdigital Science and Education, 2(1), 147-169. https://idp.springer.com/authorize/casa?redirect_uri=https://link.springer.com/article/10.1007/s42438-019-00066-7&casa_token=vrWG-upwCsAAAAAA:FXSmAgcJpIAQpL7l8wssqzQBZRhzDm9VoGbEynB5M7nCqdpKVBP2AS7R3DK2qVlscWjjKAkRwWBZmiPkHw

En este artículo Albin Wagener -investigador de la Universidad de Rennes, especializado en humanidades digitales, análisis crítico del discurso, comunicación intercultural, prácticas digitales y sistémica interaccional- realiza un acercamiento al fenómeno de las mentiras, las gilipollestorytellingsces y las noticias falsas, desde la comprensión de su funcionamiento con relación a la comunicación y las interacciones en línea. Lo anterior, desde la óptica de la hipernarratividad, pues argulle que la era digital no es una era de iliteracidad sino de hipernarratividad, “que dirige a la interconexión de redes semánticas (Benahib, 2002) dentro y en medio de comunidades en línea que dependen de nuevas maneras de generar sentido, formalizarlo y contárselo al mundo (como los gifs o los memes) (Bauckhauge, 2011)” (Wagener, 12 de agosto de 2019, p. 148).

En este punto del artículo, Wagener propone tres hipótesis principales para comprender el funcionamiento de la comunicación y las interacciones en línea, las cuales vincula a características básicas de la interacción humana: la mezcla cognitiva y experiencial, las variaciones de discurso y el poder las emociones como instancias motivacionales. Las tres hipótesis que porpone sobre la era digital son, en primer lugar, que se trata de una era de hipernarratividad, como ya se había anunciado; en segundo, una era del storytelling, y, en tercero, una era de la relatividad de la verdad. Las cuales, en su opinión, pueden explicar el crecimiento de las noticias falsas, los hechos gilipolludos y las mentiras institucionalizadas que considera síntomas de nuevas formas semióticas en las comunicaciones e interacciones digitales.

El investigador propone como caso de estudio el movimiento de los gilets jaunes (chalecos amarillos) en Francia, pues este mezcla la cobertura de la comunicación masiva, el surgimiento de medios alternativos y la producción de discurso del gobierno francés (que califica de confundido y confuso), y, por supuesto, la proliferación de la hipernarratividad que conduce a la fabricación de hechos y noticias que cuentan historias coherentes, pero no necesariamente etiquetadas como verdad. Lo anterior, se debe a que con el desarrollo de la web 2.0 -que promueve plataformas que incorporan el contenido generado por usuarios y la interacción social, junto con y en respuesta a estructuras y contenido multimedia que proveen los sitios web (Wagener, 12 de agosto de 2019, p. 150)- hay una mayor frecuencia de interacciones que producen efectos en la complejidad de interacciones humanas y los modos en que producimos, transmitimos y percibimos la información.

Así pues, para Wagener, no se trata de una disolusión de la verdad sino de cómo la relatividad de la verdad hace que una postura o perspectiva sobre la verdad sea tan valiosa como cualquier otra. Por lo que retoma lo que D’Ancona llama “posverdad”: el lento tambaleamiento del consenso de la verdad construido socialmente, que transita hacia experiencias subjetivas de la realidad. Entonces, esta fragmentación redefine la verdad como una experiencia compartida de subjetividades dentro de las comunidades y las conexiones con los pares, unida a la identidad de procesos y comunicación flexible.

Surgen varias preguntas: ¿cómo la posverdad de D’Ancona produce impactos significantes en la transmisión de conocimiento y la confianza en profesores y maestros que intentan presentarlo a sus estudiantes? y ¿cómo la fragmentación de la verdad y el crecimiento de comunidades subjetivas cambian el proceso de enseñanza y aprendizaje en su totalidad? Además, ¿qué dice esto de la evolución de nuestra sociedad y la manera en que investigamos la narratividad, la realidad, las historias y la verdad?

El autor elige la teoría sistémica para explorar esta complejidad, pues enfatiza que es importante notar que los afectos y las emociones impactan las habilidades cognitivas, además de que el sentido es construido en el mundo social de acuerdo con el tipo de lenguaje o expresión semiótica que elegimos, así como que nacimos, literalmente, en estas redes de narrativas y nos convertimos en socios de interacción dentro de estas narrativas. Por lo que no es sobre lo hechos en sí mismos sino en la forma en que son percibidos o sobre percepciones sin hechos que se construye el sentido en las redes sociales de la era digital. Los discursos no necesitan hechos para ser construidos.

En los ejemplos sobre los “chalecos amarillos”, Wagener postula que los hechos son de menor valor cuando se trata de compartir información, pues los objetos sociales son más importantes.

El anterior meme, en el que se lee adelante: “llegando a tiempo” y en el fondo: “los chalecos amarillos”, es utilizado para ilustrar la circulación de las representaciones frente a la situación del movimiento (particularmente, el caos de movilidad que se vive con las manifestaciones) y “revela mucho sobre el objeto social chalecos amarillos y cómo las narrativas pueden se producidas sobre este movimiento social” (Wagener, 12 de agosto de 2019, p. 157). La verificación del texto no siempre representa la fuente principal de información, pues la manera en que las personas interactúan en redes sociales está vinculada a que estos medios estimulan la narración para fomentar la interacción. De allí que haya un crecimiento de los formatos de storytelling que hacen a un lado la información objetiva, como el uso de pequeños relatos apilados entre distintas plataformas que crean una historia.

De allí, entonces, surgen, en conjunto con la hipernarratividad, dos conceptos que son centrales para el estudio de las interacciones digitales: el storytelling, ya mencionado, y la serialidad; por lo que, en consideración a lo que Nelson llama “el nuevo orden afectivo”, Wagener propone que se puede comprender la manera en que la internet y sus variadas redes sociales construyen, difunden y organizan la recepción de sentido: cortos e intensos bytes de sonido-visión, que se refiere a los videos cortos de YouTube y gifs (nosotros podríamos verlo en todo el modelo de interacción de TikTok); la no-linealidad en las interacciones o permanencia entre varias comunidades y redes; sobre carga de información; acceso constelado a materiales diversos, lo cual muestra cómo los usuarios cambian entre múltiples aparatos y portales al mismo tiempo; el bricolaje como su principio de composición; la estética guiada por la recepción y producción; la polisemia; y la diversidad.

En este orden de ideas es que, siguiendo a Black y Barnes, el autor muestra que los televidentes, en este nuevo orden afectivo, prefieren las ficciones sobre los documentales, pues estos últimos no estimulan su habilidad para adivinar o imaginar las intenciones de los personajes. En la ficción, “por el contrario, parte del placer de ver puede derivar de adivinar y dudar los propósitos de los protagonistas” (Black and Barnes, 2015, citado por Wagener, 12 de agosto de 2019, p. 160), lo que engancha al televidente es la posibilidad de inventar parte de la historia, lo que no está permitido en las noticias objetivas. Por otra parte, de acuerdo con Oltean, la serialidad representa una forma particular de narrativa inacabada; para este investigador, “serie” significa estructura y transformación del material narrativo, en el que hay interdependencia y la posibilidad de cambio en el funcionamiento de la narrativa para realizar una cadena de construcción en la que el usuario pueda ser una especia de coautor de el todo. Los receptores vienen a interactuar entre los moviemientos y la inmovilidad de los eventos; es decir, entre la presentación directa de los eventos y lo que sucede entre episodios.

Así, volviendo sobre el caso de los chalecos amarillos, lo propuesto por Oltean y por Nelson muestran la hipernarratividad que pretende estudiar Wagener. Para entender lo que va sucediendo con el movimiento y sus manifestaciones (creación, propagación y recepción de la información) dentro de la era digital son necesarias la hipernarratividad, el storytelling y la serialidad. Wagener recurre a un ejemplo de cómo las protestas en directo de los chalecos amarillos son interrumpidos por semanas de cobertura mediática y programas de entrevistas (talk shows) sobre el estado del movimiento y los actos que causan mayor debate. Esto promueve debates en redes sociales que activamente comentan la situación en foros, como harían con cualquier serie de televisión, a través de especulaciones sobre lo que puede suceder y cómo las principales figuras van a reaccionar en consecuencia de ese estado del movimiento y de sus actos, lo que equivale a una coautoria ficcional de las situaciones.

Esto resulta en casos de storytelling que el autor ve en cómo los chalecos amarillos cuentan la historia de su movimiento y de cómo son reprimidos por la policía, mientras que la policía cuenta la historia de como son representados como chivos expiatorios en las redes sociales y dentro del movimiento, que se ha hecho más violento con el paso de las semanas; lo mismo que el gobierno grances opone un storytelling de democracia y mente abierta, para tratar de desactivar esta crisis de la era digital; sin embargo, esta superposición de storytellings también modifica, enciende o contestada por varios medios le da complejidad y una imagen explosiva a lo que está en juego en el país.

Ahora bien, Wagener se pregunta lo que esto significa, entonces, para el campo de la educación si se quieren incorparar las leyes del mundo digital, en consideración a que la verdad ya no es vista como un valor cardinal. Para él, el asunto principal está enraizado en el hecho de que la era digital no es solo sobre las tecnologías de la información per se, sino también sobre las tecnologías que promueven la creación de aparatos que, en últma instancia, impactan la manera en que interactuamos, damos sentido y producimos nuevas interacciones entre sociedades. El problema generado por la relatividad y, especialmente, por la relatividad de la verdad es enorme, ya que pone en peligro el razonamiento como una característica básica de lo humano que cruza los límites establecidos por las emociones, las tradiciones, los contextos socioculturales, las creencias y los deseos. Resalta que en la era digital las mecánicas del intercambio de noticias no está vinculado al contenido en sí mismo, o no es verificable y profundo, sino a la naturaleza misma y el uso de los aparatos comunicacionales y las redes sociales, que trata de la interacción de los usuarios.

Las interacciones de los usuarios son, para Wagener, la palanca para trabajar en asuntos relacionados con la educación. Precisamente, dice que en la era de las noticias falsas, la información gilipolluda (estúpida) y las simples mentiras no hay otra opción que la doble comprobación y verificación como el núcleo de la literacidad digital y la educación crítica, pero que para que esto sea posible se puede apoyar en los ocho criterios ya citados de Nelson como una matriz de análisis y que está puede ser mejorada con preguntas desde la perspectiva de Oltean, para aislar las parte de hipernarratividad, serialidad y storytelling contenidas en piezas de información, como: “¿es esta pieza de información parte de un movimiento serial más grande y cómo?”, sobre la serialidad; “¿cuál es la historia que está siendo contada en la pieza de información y cómo se artícula con el contexto?”, sobre el storytelling; y “¿cómo los usuarios de internet son enganchados hacia la información?, sobre la participación en la hipernarratividad.

El texto de Albin Wagener es un interesante recorrido por lo que supone la interacción en las redes sociales, el ascenso de la posverdad como eje modificador de los estatutos de verdad y objetividad, y los retos para la educación en términos de ofrecer esa verdad para la construcción de conocimiento o, en términos de esta era digital, de sentido, de acuerdo con la promoción de un pensamiento crítico. El cuál me hizo recordar un tuit de la actriz colombiana Cony Camelo que parece estar dialogando con estas nuevas formas semióticas digitales de hipernarratividad, storytelling y relatividad de la verdad:

Reseña: Por un método de análisis de redes sociales

Texto: Análisis de redes sociales: identificación de comunidades virtuales en Twitter

Autores: James Edward Humberstones Morales y Fernando José Álvarez Alens

Ubicación: Realidad y Reflexión, vol. 50, n.º 50, pp. 70-81. DOI: 10.5377/ryr.v50i50.9095.

Fecha: Julio-diciembre de 2019

Este artículo propone establecer una metodología para analizar las comunidades virtuales en la red social de Twitter, de modo que investigadores (hacen hincapié en los salvadoreños) interesados en el análisis de redes sociales (ARS) tengan un procedimiento para captar, analizar y visualizar datos.

Los autores plantean dos interrogantes: ¿Qué herramientas podemos utilizar para realizar ARS y determinar comunidades virtuales en los servicios de internet como Twitter? y ¿cuál es el procedimiento para recopilar, analizar y visualizar información? Para dar respuesta a esto, aprovechan la coyuntura de las elecciones presidenciales salvadoreñas de 2019, de allí la especial mención a los investigadores de El Salvador.

En este ejercicio utilizaron la Stream API de Twitter que permite hacer capturas en tiempo real, de modo que les permitiera monitorear la reacción e interacción de los usuarios de la red, puesto que, enfatizan, “En ciencias humanísticas las interacciones de las comunidades se analizan por medio de sociogramas. Para un análisis cuantitativo, los sociogramas se apoyan en la teoría de grafos” (p. 71). En este punto dejan claro que los grafos son representados por un nodo (usuario, hashtag, tweet) y los lazos (mensajes directos, menciones y retweet) son reprsentados por aristas. Asimismo, para el análisis y la visualización de grafos utilizan la herramienta Gephi (vers. 0.9.2) con el plugin Twitter Streaming Importer.

De allí parten a realizar tres actividades: la preparación del entorno para capturar datos (configuración de parámetros como lista de usuarios, locación, palabras clave y tipo de red), la recolección de datos (se dirigen a la pestaña “Laboratorio de Datos” para tener, por un lado, los nodos y, por otro, las aristas de acuerdo con las posibilidades que les da Gephi) y el análisis y procesamiento de gafos en Gephi; en este último se centran en aplicar medidas estadísticas de centralidad, para conocer el grado de entrada y de salida de un nodo (cuántas veces está conectado), con la medida grado medio.

Utilizan la medida diámetro de red que les da el número de nodos necesarios para transportarse en toda la red de un extremo a otro y tres medidas adicionales: betweennes (intermediación), que es el número de rutas más cortas entre dos nodos que pasan a través de un nodo en particular; closeness (cercanía), que indica la cercanía de un nodo a todos los demás de una red; y eccentricity (excentricidad), que da la distancia entre un nodo y el nodo que se encuentra más alejado de este.

Indican, entonces, que se debe aplicar filtros para reducir el número de nodos y aristas dentro del grafo total. Por lo que utilizan los de igualdad, que permite diferenciar un atributo del nodo; topología, opción Rango de grado, que establece los límites de grado y muestra los nodos que cumplen con el rango de relaciones indicado; y la topología, opción Ego, que se usa para conocer el atributo principal de un nodo.

Finalmente, los autores refieren que se deben aplicar algoritmos de distribución para tener mejor visualización de la red y apreciar los roles de los nodos. En este punto detallan que estos algoritmos siguen un principio básico basado en la fuerza: notos conectados se atraen entre sí y los no enlazados se separan. Los algoritmos son: Fruchterman Reingold, que ordena todos los nodos creando una circunferencia y sirve para ver cada uno de los nodos que conforman la red; Noverlap, que permite que no exista superposición de nodos para que no se oculten; Expansión, que permite expandir la red sin cambiar el diseño que ya posee; Ajuste de etiquetas, que permite que no exista traslape entre etiquetas y pueda ser clara la lectura del contenido.

El análisis que hacen de la campaña utilizando este método les sirve para ilustrar el método y sus bondades frente a esta conformación de comunidades virtuales. Por ejemplo, detallan que con el experimento #1, el cual se centra en un evento del 19 de enero de 2019, en el que el candidato Nayib Bukele y la candidata a la viecepresidencia Carmen Lazo entraron en un debate de opiniones a través de Twitter que desató una oleada de tuits que duró hasta el día siguiente, se pudo validar que las estadísticas grado de entrada y salida permiten identificar dentro del grafo los usuarios que tienen un papel de influyente y comunicador. Así como el análisis de intermediación muestra los usuarios que se vuelven un canal para que la información fluya dentro de la red.

Este análisis de la interacción de usuarios de Twitter les sirve para inferir que el comportamiento de la mayoría de los usuarios consiste en seguir un actor influyente, que le da centralidad como nodo y que, aunque no se conozcan entre seguidores, mantienen una interacción de manera indirecta. Por lo que concluyen que este análisis tiene múltiples aplicaciones, como para el sector empresarial y político, como lo reflejan los ejemplos.

Frente a las preguntas iniciales, indican que Gephi al ser una herramienta con una interfaz intuitiva facilita la ARS para la identificación de comunidades virtuales, y, frente a la segunda pregunta, indican que se pueden seguir los pasos indicados a lo largo del artículo: recopilación mediante Gephi para el monitoreo, aplicación de medidas estadísticas para conocer la información más relevante, aplicación de filtros para limitar la información a los datos más representativos y el uso de algoritmos para una mejor distribución de la visualización. Además, proponen que se podría combinar la ARS con el procesamiento del lenguaje natural para analizarla influencia positiva o negativa del comportamiento de los miembros restantes de una red.

Por lo anterior, podríamos decir que el texto cumple con su cometido: da una guía para la realización de la ARS con ejemplos escuetos pero puntuales centrándose en responder las preguntas que les surgen y, como un bonus, dejan en forma de anexo una guía de instalación y configuración de Gephi.

Reseña – Marco Guzmán

Samuel Gerald Collins, Matthew Durington, Harjant Gill

Invitación a una Multimodalidad. El Antropólogo Americano, 2017, 117(1). https://doi.org/10.1111/aman.12826.

A partir de la sección anteriormente denominada Antropología Visual, los autores hacen una propuesta más innovadora que genera mayor impacto – Antropologías Multimodales – debido a los cambios realizados para incluir otras formas de prácticas de la antropología en los medios digitales y no digitales.

Samuel Gerald Collins, Matthew Durington y Harjant Gill plantean tres desarrollos esenciales para la aplicación en las antropologías y que a la vez generan un orden en su diseño, estas son: 1) democratización e integración (relativas) de la reproducción en los medios digitales y no digitales; 2) cambios hacía el compromiso y la colaboración en la investigación antropológica; y 3) roles dinámicos de los antropólogos con respecto a la profesión y a las comunidades en las que se desempeñan.

Las anteriores integraciones o inclusiones contribuyen para un mayor trabajo colaborativo, entre pares, apoyado de la tecnología. Los autores afirman que estos cambios en conjunto sugieren un marco que se ubica en antropologías públicas y colaborativas a través de un campo de plataformas diferenciadas y unidas por los medios digitales y no digitales. En mi opinión, este marco apoyado de las antropologías públicas y la colaboración con la tecnología permite que la información sea más asequible para los investigadores en el campo de la antropología y a la vez sea más interdisciplinaria contribuyendo con otros campos de investigación.

Los autores resaltan que, al considerar las diferentes oportunidades y posibilidades para iniciar estudios etnográficos con los medios digitales y no digitales en la era de la diversidad de herramientas y plataformas, ven el surgimiento de la antropología multimodal.

En este marco, resaltando la teoría de antropólogos reconocidos como Samuel Gerald Collins, Matthew Durington, Harjant Gill analizaron que el enfoque antropológico multimodal es tanto descriptivo como prescriptivo. Desde una perspectiva descriptiva, los autores presentan un análisis interesante en el que enfocan lo descriptivo como la forma en la que las personas trabajan y conducen la investigación en un mundo contemporáneo y nos pide concebir la investigación antropológica más allá de lo estudiado, productos redificados de trabajo de campo o en laboratorios tales como: un artículo, un libro, un documental etnográfico, un ensayo ilustrado, etc. Por otro lado, enfocan lo prescriptivo en la antropología multimodal en la manera en que se toman los resultados y los procesos seriamente como intervenciones significativas que le dan un empujoncito a la antropología en direcciones más colaborativas, innovadoras, y reflexivas.

El texto vincula dentro de la antropología multimodal los enfoques descriptivos y prescriptivos para una mayor comprensión por parte del lector. Del mismo modo, los autores consideran también los alcances que tiene la antropología multimodal porque busca la inclusión de formas tradicionales de la antropología visual a la vez que de manera simultánea amplia el alcance de la disciplina para involucrar una variedad de formas de los medios digitales y no digitales existentes en la actualidad.

Sin dejar de lado el uso frecuente de fuentes secundarias, el texto se apoya principalmente en un análisis exhaustivo de fuentes primarias. Dentro de estas fuentes se destacan las formuladas por los autores y una que menciona (Jackson, 2004), dentro del título de modalidad en la práctica antropológica, con relación a los trazos en los medios digitales y no digitales dentro de la multimodalidad  en la práctica antropológica mostrando que estos trazos revelan las complejidades de cómo es que los interlocutores se involucran con los medios digitales y no digitales así como los procesos en los que se lleva a cabo una investigación para llegar a entendimientos particulares.

Los autores señalan que antiguamente los documentos, libros, ensayos y demás investigaciones antropológicas se quedaban en góndolas polvorientas por lo que mucha, si no la mayoría de esa información, se perdía. Por lo anterior, los autores resaltan la importancia de trabajar de manera colaborativa con los medios digitales y no digitales para formar unos trazos continuos que esbozan un compromiso con la antropología o un archivo en redes ya que la antropología multimodal vuelve a centrar la atención en estos hallazgos previos y posteriores al trabajo de campo, obligando a seguir estas redes complejas a través de diversas colaboraciones y reciprocidades que componen la antropología involucrada en la actualidad.

Más adelante, el texto hace un hincapié en el título de la multimodalidad a través de los medios digitales y no digitales colaborativos, correspondientes a unas disrupciones a la autoridad intelectual del antropólogo (colonial, occidental, racial) que fueron “accidentes” del involucramiento antropológico. Los autores resaltan que con el paso del tiempo, la autoridad de los antropólogos fue rivalizada por el reconocimiento de producción de conocimiento local y los roles como investigador y como sujeto investigado se empezaron a poner a prueba. El texto resalta que lo anterior se podía evidenciar a través de los cambios en la nomenclatura ya que el “sujeto” pasa a ser “participante”, “colaborador” e incluso “coautor”.

En resumen, el texto hace un aporte a la antropología llevándola a la multimodalidad en vez de continuar con una única modalidad, de este modo los autores respaldan la teoría contrastando la importancia del trabajo en redes, antropología sensorial para poder dejar unos trazos para que otros profesionales del campo puedan seguir ampliando su investigación.

Recomiendo esta lectura por la sencillez para su comprensión y por el enfoque colaborativo e inclusivo para incitar al lector bien sea porque se desempeña en el campo de la antropología o en cualquier otra rama de las ciencias sociales.

Marco Guzmán

Pontificia Universidad Javeriana

Doctorado en Comunicación, Lenguaje e Información