Reseña On Writing Fieldnotes – Alejandro Cuervo

Título de la reseña: On Writing Fieldnotes: técnicas de atender y anotar los detalles

Título del texto base: On Writing Fieldnotes: Collection Strategies and Background Expectancies

Elaborada por: Alejandro Cuervo

Fuente: Wolfinger, Nicholas. (2002). On Writing Fieldnotes: Collection Strategies and Background Expectancies. Qualitative Research – QUAL RES. 2. 85-93.

En este artículo Nicholas Worfinger se propone abordar la manera en que se abordan las notas de campo, aquello que es pertinente anotar y aquello que no. Las decisiones de un investigador sobre qué cosas deben ser registradas, de acuerdo con Wolfinger, tienen un gran impacto en el reporte etnográfico. Por ello, propone hacer un acercamiento a las formas que se han dado por sentadas al momento de escribir notas de campo, pues se ha descuidado un acercamiento práctico a las cuestiones involucradas en la manera en que se registran las notas de campo.

Wolfinger aborda, entonces, la cuestión sobre el lugar del que vienen las notas de campo. De esta se derivan varias preguntas, de acuerdo con lo que, ya estando en campo, los etnógrafos deciden que debe anotarse: “¿qué es lo que notan?, ¿en qué es lo que deciden centrar su atención?, ¿qué es lo que posteriormente recuerdan?, de lo que recuerdan, ¿qué eligen documentar en sus notas?, ¿con qué detalle?” (Wolfinger, 2002, p. 86). Estas preguntas abren toda la perspectiva que debe tener un investigador en su trabajo de campo y que, en su juicio, revelan la relación compleja entre la experiencia del investigador en el campo y su experiencia frente al procesador de textos, como dos momentos contrapuestos. Wolfinger se pregunta por qué tanto afecta el proceso de recuperar las notas de campo a la interpretación. En este sentido trae a colación que tanto el Interaccionismo simbólico, como el Análisis del entorno social y la Teoría fundamentada abogan en contra del trabajo de campo como métodos para poner a prueba teorías preconcebidas; y, por el contrario, prefieren que las experiencias guíen el foco de los estudios.

Propone tres consideraciones prácticas que dan forma a las notas de campo:

  1. Un investigador alguna veces podrá tomar notas estando en el campo.
  2. El foco de una investigación etnográfica, típicamente, se reduce con el tiempo influenciando lo que se desea describir en las notas.
  3. Las anotaciones pueden verse influidas por la audiencia percibida.

Lo anterior nos da una idea de por qué la preferencia de las tres garantías teóricas de la etnogafía mencionadas más arriba prefieren que el foco de una investigación la vaya dando la experiencia; pues las notas preliminares permiten identificar ciertos fenómenos interesantes y valiosos para ser anotados, además de que estas notas al final del día resultan en un esbozo que se va delimitando para las notas finales y que la audiencia puede afectar las anotaciones que se hagan, claro que siempre indicando que es el etnógrafo quien debe al final decidir qué se registra. Por ello, habla del rol que cumple el “conocimiento tácito”. Para ejemplificarlo utiliza un ejemplo de Spradley cuando fue llamado a ser jurado:

“Había hileras de bancos para espectadores, todos hechos de pesada madera oscura, roble o nogal, a juego con las paredes paneladas. Las filas de bancos duraron más de veinticinco pies hasta que encontraron una barandilla que parecía delimitar claramente una gran área para “asuntos oficiales”. . . . A la derecha del área detrás de la barandilla estaban doce sillas de cuero con respaldo alto detrás de otra barandilla. Una gran mesa de roble con sillas enormes, todas orientadas hacia un alto atril que tomé por el banco del juez” ( Spradley, 1980, p. 74, énfasis añadido; citado por Wolfinger, 2002, p. 88).

El ejemplo anterior muestra lo que Harold Garfinkel llama el método documental de interpretación, en el cual los objetos sociales son producto de juicios complicados en los que un patrón subyacente se construye de una sucesión de apariciones temporalmente calificadas, por lo que en la observación de Spradley hay ciertas anotaciones que apelan a su conocimiento previo; en palabras de Wolfinger: “presumiblemente ha tenido alguna exposición previa a los tribunales, sabe ha sido citado ante el gran jurado” (2002, p. 88). Más precisamente, aún, en lo que se encuentra en cursivas (que tomé por) nos muestra como Spradley reconoce el proceso interpretativo que se encuentra en una observación etnográfica y su consciencia de ello pone énfasis en que el proceso de identificación e interpretación en cualquier estudio etnográfico puede ser examinado por el investigador.

Así, se nos presentan dos estrategias para escribir notas de campo: la jerarquía saliente y la toma de notas integral. La primera, la jerarquía saliente, está basada en lo que Wolfinger llama desviaciones, lo que las hace resaltar y por ello llama la atención del investigador en el campo. Esto refiere a una jerarquía altamente subjetiva y dependiente del contexto estudiado que, sin embargo, demuestran el rol que cumple el conocimiento tácito; puesto que los casos pueden considerarse como desviaciones, primero, frente a sus expectativas tácitas sobre el evento observado, por ejemplo frente a una regla normal de la sociedad y, segundo, el caso puede resultar como una desviación solo en relación con otros observados que conforman el contraste y están basados en el conocimiento previo del investigador. La segunda, la toma de notas integral, está pensada para que sistemáticamente y comprensivamente se describa todo lo que sucede durante un período específico. Lofland y Lofland generan un lista generalizada de preocupaciones:

  • ¿Quién es él?
  • ¿Qué es lo que hace?
  • ¿Qué crees que ella quiso decir con eso?
  • ¿Por qué se hace eso?
  • ¿Qué sucede tras ________?
  • ¿Qué sucedería si ________?
  • ¿Qué pensarías sobre _________?
  • ¿Quién es responsable si _________?

A lo anterior, Wolfinger, agrega una lista similar de Spradley:

  1. Espacio: el lugar o los lugares físicos
  2. Actor: las personas involucradas
  3. Actividad: conjunto de actos relacionados que realizan las personas.
  4. Objeto: las cosas físicas que están presentes.
  5. Actuar: acciones únicas que realizan las personas
  6. Evento: conjunto de actividades relacionadas que realizan las personas
  7. Tiempo: la secuenciación que se produce en el tiempo
  8. Objetivo: las cosas que la gente intenta lograr.
  9. Sentimiento: las emociones sentidas y expresadas.

Asimismo, otra estraegia es organizar temporalmente las notas: comenzar por el principio y terminar por el final. El método comprensivo, dice Wolfinger, tiene la ventaja de forzar al etnógrafo a recrear los eventos en el orden en que sucedieron, lo que puede ayudar a registrar detalles que de otro modo pueden ser olvidados. Bogdan y Taylor recomiendan a los investigadores: “Concéntrate en el primer y último comentario de cada conversación” (Bogdan y Taylor, 1975, p. 62; citado por Wolfinger, 2002, p. 91). Asimismo, el conocimiento tácito afecta esta estrategia de toma de notas, ya que también al cuando se da cuenta de segmentos enteros un investigador usualmente describe eventos que de otra manera podrían parecer muy mundanos para ser anotados.

Estas estrategias que nos presenta Wolfinger y estas cuestiones que nos pone de presente muestran la complejidad de la toma de notas de campo, puesto que más allá de las anotaciones, el investigadores debe comenzar a hacerse consciente de sus decisiones, interpretar así mismo estas e incluso, como anota Wolfinger, anotar aquellas no interacciones que pueden suceder y su posible razón. Todo lo observable revela tanto el mundo observado y su riqueza de significación, como las capacidades, sesgos y antecedentes mismos de los investigadores; como lo rescata Wolfinger en su artículo: “Como diría Freud, cateterizamos nuestras notas: se vuelven parte de nosotros” (2002, p. 92), puesto que el conocimiento tácito del investigador afecta qué observaciones se registrarán en las notas de campo.

Taller semana 5: notas de campo (Alejandro Cuervo)

Fecha: 13 de septiembre de 2023

Hora: 6:00 p. m.

Lugar: Múltiplex Cine Colombia Calle 100 (C. C. Iserra 100, Trv. 55 # 98A-66)

Evento: Película Un gran amigo (título original: Les Choses Simples)

El multiplex de cine queda en un centro comercial pequeño ubicado en la calle 100 con avenida Suba, en el segundo piso, atrás de las escaleras eléctricas. Es una sección abierta por lo que se puede observar la disposición de la sala que tiene hacia la izquierda la taquilla; un poco más a la derecha de la taquilla, la confitería; hacia el fondo un puesto de la cafetería Juan Valdez; acompañada a la izquierda (entre la confitería y el puesto de Juan Valdez) por mesas y sillas para comensales, y en una pared a su derecha se encuentran los dispensadores de bebidas. Hacia el fondo se encuentran las entradas a las tres salas con las que cuenta el multiplex y, finalmente, un poco más al frente, pero al fondo a la izquierda, están ubicados los baños.

Llegué sin boleta para ver una película, por lo que me acerqué a las taquillas que se encontraban justo a la entrada. Ya había gente en la fila: un par de mujeres algo mayores, otra mujer sola y una pareja (hombre y mujer) detrás de ella. En cuanto me acerqué, la mujer que estaba sola dejó pasar a la pareja detrás de ella y consultó su celular mientras se corría un poco al costado, pero sin salirse totalmente de la fila, por lo que le pregunté si estaba haciendo fila, a lo cual me respondió que sí, pero que estaba esperando a alguien. Un momento después, finalmente, levantó la mirada y me dijo que mejor siguiera. Hay dos puestos de taquilla, pero solo uno tiene una persona atendiendo. Ya en la taquilla el vendedor, me preguntó si poseía la tarjeta del cine y me dio la opción de recargarla para realizar la compra de la boleta y que me costara menos. Asentí y compré una boleta para la función de una película francesa llamada Un gran amigo (en francés, Les choses simples) que empezaría media hora después. En la pantalla para elegir la ubicación se veía que había aún muchas sillas disponibles, lo que atribuí al hecho de que fuera un miércoles y que se tratara de una película francesa. 

Cuando me alejé de la taquilla observé el lugar y tomé algunas fotografías. La mayoría de las personas en la taquilla salían directamente hacia la confitería, en la que se encontraban tres personas atendiendo. Allí, los comensales podían elegir entre maíz pira salado, dulce (con caramelo) o mixto, perros calientes y nachos; además, de una variedad de comidas de paquete saladas y dulces, gaseosas (que son rellenadas en los dispensadores que se describieron anteriormente), agua y té. Yo seguí derecho hacia el puesto de Juan Valdez, una pareja más joven y distinta a la que estaba en la taquilla se encontraba ya en la fila. Miré hacia atrás y vi que la mujer que se encontraba sola en la taquilla y que me dejó pasar, se había encontrado con alguien (al parecer el novio, por la manera en que la tomaba por la cintura) y estaban saliendo de la confitería, mientras ella cargaba dos gaseosas y él maíz pira. La pareja frente a mí estaba haciendo su pedido y bromeaban de este entre ellos; ella le decía “quiere tinto …campesino”, y reían. 

Hice mi pedido y me corrí al costado para ver bien la zona de la cafetería que tenía las sillas. Varias personas estaban sentadan con sus compras de la confitería, así como otros solo con bebidas esperando al momento de ingresar a las salas. Sin embargo, me llamaron la atención dos personas que se encontraban en la parte más alejada de esta zona y que parecían estar trabajando en sus computadores, no parecían tener la intención de ver una película. Recibí mi pedido, ya era momento de ingresar a la sala. Al acercarme a la puerta de la sala indicada, me recibió una mujer que revisó mi entrada y me dio acceso. Una vez ingresé, noté que habría más o menos la mitad de la capacidad del teatro ocupada. En la fila en la que me ubiqué quedé entre mujeres, una a mi izquierda y dos a mi derecha que venían juntas. 20 minutos de la hora programada para el inicio de la película continuó entrando gente. Habían pasado 10 minutos de película. A alguien le sonó el celular y la gente volteó molesta en busca del sonido. La acomodadora ayudó a la gente a encontrar sus puestos en la oscuridad. Noté, igualmente, que la mujer a mi izquierda no comía nada. Las dos mujeres a mi derecha, por el contrario, comían maíz pira y estaban tomando granizados de café. Atrás había una pareja que comía maiz pira y comentaban la película en voz baja, en secreto, pero en el silencio de la sala se lograba escuchar su murmullo. La gente reía en ocasiones por la película. Hacia la mitad de la película, la mujer a mi izquierda, disimuladamente, sacó una lata de cerveza, la destapó con cuidado y la bebió de a poco, como con culpa. Una vez terminó la película y en mi camino de salida, tomé una foto al lugar y salí de la sala.