Los estudios de caso narrativos y las humanidades
Por William A. Garibello Sáenz
El texto “Narrative case studies” escrito por Jerrold R. Brandell (profesor y psicoanalista destacado en Wayne State University del departamento de trabajo social) y Theodore Varkas (en ese entonces estudiante de doctorado en trabajo social de Wayne State University) en el 2001 en el Manual de métodos de investigación en trabajo social presenta lo que son los estudios de caso narrativos, las situaciones en las que conviene usarlos, algunas recomendaciones para los investigadores que opten por esta metodología y termina con un ejemplo de lo que al parecer de los autores es una buena aplicación del método.
El artículo inicia definiendo los estudios de caso narrativos como un método de investigación que permite acceder a información que de otra forma sería inaccesible, pues al ser una metodología que se concentra en una “unidad individual”[1], permite estudiar múltiples variables que atraviesan el caso que se investiga, así como su contexto. Por esta misma línea, pensando en nuestro contexto, los autores plantean que, gracias al enfoque constructivista de los estudios de caso narrativos, las investigaciones que tomen como base esta metodología estarán respondiendo a las necesidades postmodernas de implementar métodos de investigación menos restrictivos.
Dentro de la explicación de lo que son los estudios de caso narrativos los autores señalan dos limitaciones de este método. La primera es la forma en la que los casos se presentan, pues están contados de tal manera que parece que solo es posible llegar a una única respuesta. Los autores plantean que una posible solución para este problema es alterar la estructura tradicional en la que se presentan los casos, haciendo hipótesis sobre otras variables que podrían alterar la perspectiva, de esta manera se le dará la posibilidad al lector de plantear otras hipótesis que lleven a distintos resultados.
La segunda limitación es lo que Spence denominó el “closed texture”, donde no se da cabida a otras explicaciones o desacuerdos por parte del lector, pues el único que tiene acceso a todos los datos es el autor y los relata de forma selectiva. Ante eso la propuesta de los autores es que este tipo de metodología sirva de base para otras investigaciones, de tal forma que los datos proporcionados sean útiles para probar las hipótesis con otros medios adicionales.
El texto cierra la explicación con recomendaciones de cómo y cuándo usar este tipo de metodología y para ilustrar lo que para ellos es una forma cuidadosa de aplicarla ponen un ejemplo donde el psicoanalista de un paciente llamado Dirk relata lo que fue su experiencia llevando ese complicado caso. Para ellos esta forma de narrar el caso resulta exitosa porque le permite al lector entender la interrelación entre el paciente y el terapeuta, al tiempo que da material suficiente para nutrir otras investigaciones con temas similares.
Como ya se habrá hecho evidente el enfoque clínico del texto es muy fuerte, por lo que me parece importante hacer una observación en función de quienes desde las ciencias sociales tengan interés por aplicar esta metodología. Para esto quiero retomar la segunda limitación, en donde al intentar explicar mejor en qué consiste el “closed texture” se plantea que el problema radica en una división artificial entre observador/autor y lo observado donde se omite la ambigüedad de la realidad clínica. A mi parecer, en el caso de las humanidades hacer esa división resulta fundamental, no porque no se crea que quien observa influye en lo observado, sino justamente por eso.
Dejar claro el lugar desde el que se investiga y escribe (es decir, el lugar de enunciación) es clave, pues le deja ver al lector que el estudio o la investigación que lee está siendo mediada desde una selección consciente o inconsciente del investigador, y en esa medida los resultados obtenidos responden también a la forma en la que el autor concibe el mundo. En ese sentido, la necesidad de hacer la mediación evidente es presentar los resultados no como inevitables, sino como una de las múltiples posibilidades. De esta forma también se le permite al lector proponer nuevas perspectivas para abordar el caso que se está estudiando.
Referencias:
BRANDELL, J., & VARKAS, T. (2001). Narrative case studies. SAGE Publications, Inc., https://doi.org/10.4135/9781412986182
[1] Es importante anotar que esas unidades no refieren únicamente a un individuo, sino que también pueden referir a una familia, un equipo y hasta una comunidad.